Los riñones son órganos vitales que actúan como filtros para eliminar los desechos y toxinas contenidos en la sangre; cuando estos fallan se presenta una insuficiencia renal y se requiere de tratamientos para mantener la vida del paciente, y uno de ellos es la diálisis peritoneal.
En este artículo te diremos por qué es importante contar con la atención médica adecuada, y te daremos información referente al daño renal y a la diálisis peritoneal, como un tratamiento efectivo para tratar dicha insuficiencia del riñón, además de sus características, síntomas, y un poco de historia del tema.
Y finalmente, te brindaremos consejos de salud para mantener una buena calidad de vida, con autonomía e independencia.
Antes de hablar de Diálisis Peritoneal, te dejamos algunos conceptos básicos para poder entenderla mejor, específicamente sobre la enfermedad renal crónica.
La enfermedad renal crónica (ERC) es la pérdida progresiva de la función renal en meses o en años. Es una situación clínica no transmisible, progresiva, de incidencia, prevalencia y mortalidad elevadas, que obliga al paciente a depender de una terapia o tratamiento sustitutivo de la función renal (TSFR) de manera permanente (hemodiálisis, diálisis peritoneal y trasplante renal) indispensable para la supervivencia.
La diabetes es la causa más común, produce una hiperfiltración glomerular —los glomérulos son los diminutos filtros en los riñones que eliminan los residuos de la sangre— que genera vasodilatación e incremento del filtrado. Esta es la causa básica de la progresión del daño renal.
La presión arterial alta —o hipertensión— es la segunda causa más común. Cuando se padece enfermedad renal crónica avanzada los glomérulos no pueden deshacerse del exceso de agua produciendo hinchazón, mayor presión arterial y más trabajo cardíaco.
La enfermedad renal crónica evoluciona lentamente y en muchos casos los síntomas no se presentan hasta que los riñones están muy deteriorados.
La diálisis o terapia de reemplazo renal es un procedimiento que se utiliza para sustituir parte de la función de los riñones. El paciente que recibe diálisis debe combinarlo con otros medicamentos que suplan las funciones del riñón como la eritropoyetina y la vitamina D.
Existen dos modalidades de diálisis (hemodiálisis y diálisis peritoneal) que el paciente deberá escoger libremente, siempre y cuando no exista una contraindicación absoluta para una modalidad u otra.
La diálisis —en cualquiera de sus modalidades— es un tratamiento que debe realizarse de por vida, salvo que se recupere la función renal.
Es por este motivo que resulta de suma importancia que la elección de una modalidad u otra se tome tras recibir información detallada de cada una de las opciones, con el objetivo de que el tratamiento se adapte lo mejor posible al estilo de vida, preferencias y estado de salud del paciente y su familia.
La primera decisión consiste en elegir el tratamiento que se adapte mejor a las necesidades y estilo de vida del paciente y su familia. En esta ocasión nos enfocaremos en hablar de una de las modalidades de sustitución renal que se lleva a cabo en casa: la Diálisis Peritoneal.
La diálisis peritoneal es un tratamiento para la Enfermedad Renal Crónica Avanzada que utiliza el revestimiento del abdomen o vientre del paciente (peritoneo) como filtro natural de la sangre dentro del organismo.
Unas semanas antes de iniciar con el tratamiento, en una cirugía menor, se coloca el catéter en el abdomen al paciente, en la cavidad peritoneal.
Al iniciar el procedimiento, la solución de diálisis llamada solución dializante fluye de la bolsa plástica a la cavidad abdominal por medio del catéter.
Al momento de vaciarse la bolsa de diálisis, se desconecta del catéter y se tapa para que la persona pueda realizar sus actividades normales, o bien, el proceso puede llevarse a cabo a través de una máquina que hace todo el procedimiento de forma automática por la noche y solo se desconecta por la mañana.
Mientras la solución de diálisis está dentro del abdomen, absorbe los productos de desecho y el exceso del líquido del cuerpo, es decir, las toxinas y líquido excedente pasan de la sangre a la solución dializante.
Después de unas horas, se drena la solución del abdomen a la bolsa de solución vacía.
Para llevar a cabo el procedimiento de diálisis peritoneal son fundamentales los pasos siguientes durante el recambio de la bolsa para evitar riesgos de infecciones:
Existen dos diferentes tipos de diálisis peritoneal: la continua ambulatoria (DPCA) y la automatizada (DPA).
Los intercambios manuales se pueden realizar en cualquier lugar bien iluminado y limpio. Cada intercambio dura aproximadamente de 30 a 40 minutos.
Con la DPCA se mantiene la solución en el abdomen alrededor de 4 a 5 horas en cambios cortos y 8 a 10 horas por la noche.
El paciente puede efectuar los intercambios utilizando una máquina llamada “cicladora” que infunde el líquido hacia adentro y hacia afuera con base a la configuración del equipo.
Esta máquina cicladora llena y vacía de 3 a 5 veces durante la noche y en la mañana el usuario inicia el día con una solución fresca.
La diálisis peritoneal (DP) intermitente se venía utilizando en régimen hospitalario para el tratamiento de la enfermedad renal crónica (ERC) desde los años sesenta.
Se produce el desarrollo de la diálisis peritoneal como modalidad de tratamiento de la ERC en casa. Este cambio fue posible gracias a algunas mejoras técnicas, entre las que destaca el envasado de los líquidos de diálisis en bolsas de plástico y la introducción del concepto de diálisis peritoneal continua ambulatoria (DPCA), que permitió el desarrollo de esquemas de diálisis compatibles con la calidad de vida de los pacientes.
Los primeros tiempos de la diálisis peritoneal domiciliaria fueron difíciles, ya que se trataba de una técnica todavía muy imperfecta que se indicaba sobre todo a pacientes que habían agotado sus opciones de acceso vascular.
A pesar de ello, la diálisis peritoneal domiciliaria sobrevivió a este período y empezó a reclutar a cada vez más pacientes que la elegían como forma inicial de tratamiento de la ERC, lo que a su vez contribuyó notablemente a la mejora en sus resultados.
A principios de los noventa se produjo un gran cambio con el desarrollo de cicladoras manejables, que permitían realizar diálisis nocturna domiciliaria, con la consiguiente mejoría en la calidad de vida de muchos pacientes. Los años noventa fueron los de asentamiento de la diálisis peritoneal como técnica de tratamiento de la ERC.
El comienzo del nuevo milenio contempla a la diálisis peritoneal como una técnica de tratamiento sustitutivo renal totalmente evolucionada en cuatro enfoques fundamentales:
Una terapia centrada en el paciente:
Una diálisis peritoneal personalizada y segura a través de un modelo de salud digital:
Resultados clínicos sobresalientes:
La mayoría de los pacientes pueden hacer diálisis peritoneal:
Los pacientes que sufren este padecimiento pueden seguir realizando sus actividades diarias con algunas precauciones.
La elección del tratamiento con base a las expectativas, preferencias y condiciones de cada persona será fundamental para mantener una calidad de vida estable y estimulante.
Los centros integrales de medicina renal especializados en diálisis peritoneal son una excelente opción, se dedican a enseñarle al paciente y su familia a llevar a cabo la diálisis en casa de manera segura y con una alta calidad de vida.
¿Qué es la diálisis peritoneal en la vida de un paciente? Es la posibilidad de vivir más y mejor recibiendo el tratamiento adecuado.