Los riñones son órganos vitales, y una vez que se dañan puede ser irreversible. Además, esto puede afectar otros órganos y tejidos de nuestro organismo.
Los nefrólogos son médicos que estudian de forma especializada la función y la estructura de los riñones, son expertos en la prevención y tratamiento de las enfermedades renales. Esta idea ya hace una mención sencilla de lo que es la nefrología.
En este artículo veremos más a fondo en qué consiste la nefrología, y por qué es tan importante en el sector salud.
La nefrología es una especialidad médica que se encarga del estudio de la fisiología, anatomía, patología, promoción, prevención, terapéutica y rehabilitación de las enfermedades del sistema urinario en su totalidad, incluidas las vías urinarias que influyen sobre el parénquima renal.
Se encarga tanto del diagnóstico de la enfermedad renal como de su tratamiento; este puede ser con medicamentos o con terapia de reemplazo renal, lo que abarca el seguimiento de los pacientes que han tenido un trasplante.
Los riñones son los encargados de filtrar los desechos contenidos en la sangre y eliminarlos del cuerpo. Podemos decir que los riñones son “plantas de tratamiento” indispensables para regular la cantidad de líquido en el organismo y eliminar por medio de la orina, los residuos que resultan del metabolismo de los alimentos, medicamentos, etc. Su correcto funcionamiento es vital para la salud general del cuerpo.
Los riñones sanos filtran alrededor de media taza de sangre por minuto, eliminando los desechos y el exceso de agua para producir orina. La orina fluye de los riñones a la vejiga a través de dos tubos musculares delgados llamados uréteres, uno a cada lado de la vejiga.
La cantidad de filtrado glomerular que se forma en todos los corpúsculos renales de ambos riñones por minuto es la tasa de filtración glomerular (TFG), que suele ser de unos 125 mL/min, en los hombres y —algo menor— unos de 105 mL/min en las mujeres
La sangre circulante ingresa a un sistema formado por el glomérulo y la cápsula de Bowman. El primero permite el paso de moléculas de pequeño tamaño y retiene moléculas más grandes —como las proteínas— y las regresa a la sangre circulante. El segundo capta el líquido con las sustancias no necesarias y las pasa a los túbulos renales.
En estos tubos se realiza un segundo filtrado, aún más fino, para recolectar minerales —como sodio, potasio, cloro— y glucosa para devolverlos a la sangre y dejar solo el material de desecho, el cual al final de los túbulos se diluye con líquido, se mezcla con urea y algunos ácidos formando la orina.
Además de su función primordial de desechar sustancias innecesarias del cuerpo, los riñones colaboran en:
De esta forma, los nefrólogos se encargan del estudio, tratamiento, control y diagnóstico de las enfermedades del riñón. Son expertos en el cuidado de los trastornos de electrolitos y de la hipertensión arterial —presión arterial alta—, y la mayoría de las condiciones renales que tratan son crónicas.
Una de las principales enfermedades que tratan los nefrólogos es la enfermedad renal, que es el estado en el cual los riñones dejan de funcionar de manera correcta. Se clasifica en aguda, cuando los riñones pierden su función de manera repentina, y la crónica se trata de una pérdida gradual de las funciones.
También se encargan de tratar otras enfermedades y patologías como:
Además, después de que se presenta la enfermedad renal, los nefrólogos se encargan de realizar el procedimiento y tratamiento para la sustitución de dichas funciones.
Este procedimiento se llama terapia de reemplazo renal y se clasifica en:
¿Cómo se tratan las complicaciones con medicamentos?
Como mencionamos anteriormente, los riñones tienen distintas funciones además de la filtración de la sangre.
Esto nos lleva a que, cuando se pierda su función renal, la persona requerirá de terapia de reemplazo renal para sustituir la función de filtrado del riñón, además de un esquema de medicamentos para soportar las otras funciones del riñón tales como: mantener un equilibrio saludable de sales y minerales, control de la presión arterial, activación de la vitamina D esencial para la absorción de calcio, y contribuir a la producción de glóbulos rojos.
El esquema de medicamentos dependerá totalmente del estadio de la enfermedad y debe ser prescrito siempre por un nefrólogo.
¿Cuál es la diferencia entre un nefrólogo y un urólogo?
Los urólogos están calificados para llevar a cabo procedimientos médicos quirúrgicos y ambulatorios para corregir tales condiciones. Los nefrólogos son médicos especialistas que se centran en los trastornos que afectan a la forma en que los riñones trabajen como la diabetes y la enfermedad renal crónica.
La Enfermedad Renal Crónica —antes llamada Insuficiencia Renal Crónica— se refiere a la pérdida gradual de la función del riñón. Es de recordar que los riñones filtran los desechos y el exceso de líquido en la sangre, que posteriormente se eliminan por la orina.
En el momento en que la enfermedad renal crónica llega a una etapa avanzada, se empiezan a acumular niveles peligrosos de electrolitos, desechos y líquidos en el cuerpo.
En las primeras etapas de este padecimiento puede presentar pocos síntomas y tal vez no se manifieste hasta que la función renal se vea altamente afectada.
El tratamiento se enfoca en retrasar el avance de la afección, generalmente, mediante el control de la causa que genera el daño renal.
Los signos y síntomas de la enfermedad se presentan con el paso del tiempo.
Algunos de los síntomas son: vómito, náusea, fatiga, debilidad, falta de apetito, insomnio, calambres, picazón, inflamación en los pies, falta de aire, disminución de la agilidad mental, cambio en la cantidad de orina, espasmos, dolor en el pecho, hipertensión arterial.
Por esta razón, es muy importante hacer revisiones constantes con un nefrólogo para poder prevenir y mantenerse sano.
El nefrólogo realizará el diagnóstico después de revisar varios de los siguientes aspectos, aunque pueden ser más dependiendo del caso.
En cuestión de los análisis, por lo general se incluyen análisis de sangre y orina para determinar el nivel de desechos y biopsia renal —tomando muestra del tejido del riñón— para esclarecer el problema, ecografía para evaluar el tamaño de los riñones, entre otros.
En caso de que tus riñones no puedan filtrar los líquidos y eliminar los desechos por sí solos, entonces se trata de la etapa final de la Enfermedad Renal Crónica.
En estos casos se recomiendan los siguientes tratamientos:
La diálisis peritoneal es un proceso para sustituir la función de filtración de los riñones, en donde se eliminan los desechos de la sangre a través de los vasos sanguíneos en el abdomen, que se llama peritoneo.
Se utiliza una bolsa de diálisis —o una máquina con bolsas de diálisis— que contiene un líquido llamado líquido de diálisis, el cual fluye a través de un catéter que se introduce en el abdomen.
Esto sirve para eliminar los desechos y toxinas de la sangre por un tiempo, hasta que se cambia la bolsa por una nueva y se repite el proceso, o bien se desconecta y conecta a la máquina por las noches. El líquido de la bolsa usada se puede tirar en el baño, teniendo las debidas medidas de higiene.
Este tratamiento se puede realizar en casa, viajando o en el trabajo. Sin embargo, es necesario realizar un correcto diagnóstico y análisis para saber si el paciente es apto para este procedimiento, pues se necesita varios cuidados personales y en casa.
¿Cuál es la principal diferencia con la hemodiálisis?
El procedimiento de la hemodiálisis logra la filtración de la sangre de forma más directa, sacándola del cuerpo por medio de una máquina (filtro), para después devolverla al cuerpo, mientras que la diálisis logra dicha filtración por medio del filtro natural de nuestro cuerpo llamado peritoneo.
La hemodiálisis usualmente se realiza en hospitales, clínicas y centros médicos especializados, y pocas veces en casa, ya que se —al ser más invasiva— se requiere del cuidado de un profesional de la salud.
Como ya mencionamos antes en “cuándo acudir al médico”, la diálisis es una de las opciones para poder tratar la enfermedad renal crónica avanzada. Muchas personas prefieren realizarse la diálisis peritoneal en lugar de la hemodiálisis por las ventajas que ofrece:
Conocer qué es la nefrología, de qué se ocupa su estudio y todo lo que se relaciona con esta, hace que seamos más conscientes y cuidadosos de las enfermedades que afectan a nuestros riñones.
Acudir a un especialista de este ramo debe ser lo primordial a la hora de tener cualquier síntoma que evidencie un padecimiento renal.